viernes, 25 de mayo de 2012
Cochecito de bebe con prisas
Esta es probablemente una de las peores ideas que se han tenido nunca, y
por eso mismo hay que alabarla y analizarla. Hay varios factores a
tener en cuenta a la hora de aplicar velocidad a un carricoche, como la
velocidad máxima que puede alcanzar esquivando peatones, la posibilidad
de tener atado al perro y una cuestión primordial: el peso y la forma
necesarias para que un bebé llegue a ser aerodinámico. Es decir, ¿cómo
hay que colocarlo para que corte el viento? Porque hay que tener todo
calculado. Cuando el niño hace de las suyas hay que parar el mundo,
colocarlo donde sea y cambiarle los pañales, pero, ¿y cuándo es al
contrario? ¿Acaso nos va a cambiar nuestro bebé los pañales? No. ¿Por
qué? Porque los hijos son unos desagradecidos. Así que tendremos que
correr al bar más cercano, pero no podremos correr por el niño, y eso
generará una frustración en los padres que les hará sufrir un conflicto
interno entre el amor paterno-filial y el amor a un esfínter sano, sin
desgarramientos.
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